Las banderas del independentismo en Cataluña

Antonio Manzano   domingo, 12 de enero de 2014

En los últimos tiempos vemos el auge de una bandera basada en la de Cataluña a la que se ha añadido, unido al asta, un triángulo azul con una estrella blanca de cinco puntas. ¿Cuál es su origen? ¿Qué significa? ¿Sustituiría a la bandera catalana en un hipotético caso de independencia?

Bandera independentista catalana.

Puede identificarse una decena de banderas de este estilo, en las que los triángulos y las estrellas cambian de color en función del movimiento, organización o particularidades de quienes las ondean, que varían desde el simple deseo de expresar su singularidad hasta los deseos de soberanía o independencia.

La bandera de Cataluña con el triángulo y la estrella tiene una clara inspiración cubana pues se diseñó en el Centre Catalá de l'Havana como muestra de solidaridad con Cuba y sus deseos de independencia, que no logró porque resultó ocupada por tropas de EEUU a raíz de su victoria sobre las españolas. La bandera del independentismo cubano había sido adoptada por este movimiento en 1850 aunque, por evidentes razones, ni las autoridades españolas ni las estadounidenses de ocupación la aprobaron. Como símbolo de Cuba, fue izada oficialmente en 1902.

Regresando a la bandera de Cataluña con estrella, hacia 1907 la Lliga Nacionalista Catalana utilizó otra variante en la que la estrella se situaba en su centro sobre un cuadrado girado 45º, representación típicamente catalana del escudo heráldico llamado cairó. Pero sería Vicenç Ballester el impulsor, en los años 30 del siglo pasado, de la bandera catalana con el triángulo azul y la estrella blanca justificándola en la prensa diciendo que "És, senyors de les dretes, de les esquerres i dels mitjos, la bandera catalana la de les quatre barres vermelles damunt fons groc. Si hi aditem, però, un triangle de blau de mar i un estel blanc, lluent com el del cel, és perquè la bandera catalana de les quatre barres és acceptada -sembla- per l'Estat espanyol.". (1)

Variante culé de la bandera independentista.

La nueva bandera nace, pues, por estar en contra de la aceptación general de que la bandera de Cataluña es como es, sin añadidos. A partir de este inicio, van apareciendo otras de diferentes colores en estrellas y triángulos, como en 1932, con una estrella verde sobre amarillo en solidaridad con la lucha de Irlanda contra la ocupación británica; o la estrella azul sobre blanco del Front Nacional de Catalunya (1968); la estrella roja sobre blanco del Partit Socialista d'Alliberament Nacional (1968-1977); la estrella amarilla sobre rojo del Partit Comunista d'Espanya (internacional); la estrella roja sobre azul del Socors Català; o la de las Joventuts d'Esquerra Republicana de Catalunya, con la estrella roja sobre triángulo amarillo, bastante difundida actualmente. La representación de la lucha pacífica y ecologismo del Moviment Estelada Verda queda expresada por una estrella blanca sobre el triángulo verde. Y, sin agotar el tema ni otras variantes reales o propuestas, otra versión ha sido introducida en el ámbito futbolístico por parte de la peña Sang culé-cor catalá (2) que tiene la estrella blanca y los colores azulgrana.

Falta por abordar la cuestión de qué pasaría, en un hipotético caso de independencia catalana, sobre si la adopción oficial de la bandera del triángulo azul y la estrella blanca convertiría en ilegal, o alegal, la secular amarilla con las cuatro listas rojas. Porque, en tal caso, habría que elegir una de las dos banderas y la otra dejaría de tener significado. ¿Cuál resultaría la elegida? ¿Cuál la rechazada? ¿Qué consecuencias provocaría la elección de una o de la otra entre los respectivos defensores? Interesante dilema.

(1) "Es señores de derechas, izquierdas y centro la bandera catalana, la de las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo. Si añadimos, sin embargo, un triángulo azul del mar y una estrella blanca, brillante como el del cielo, es porque la bandera catalana de las cuatro barras es aceptada -parece- por el Estado español".

(2) Sangre culé, corazón catalán.

Nota final: Este artículo está basado, fundamentalmente, en los más amplios estudios de Sebastián Herreros Agüí.

http://www.revistatenea.es/RevistaAtenea/REVISTA/articulos/GestionNoticias_16251_ESP.asp