¡Encontrados los millones de Borrell!
Written by XSiM
En un artículo publicado en El País el pasado día 20 de Enero,
Josep Borrell y Joan Llorach Mariné invitan a los lectores, a que les
expliquen donde están los 16.000 millones de euros de la balanza fiscal
catalana. El ex ministro socialista y su coautor describen una
supuestamente graciosa situación en la que, después de conseguir la
independencia, Artur Mas y Oriol Junqueras se presentan en el despacho
del conseller Andreu Mas Colell y le preguntan por los 16.000 millones
del supuesto déficit de la balanza fiscal catalana. Utilizando los datos
publicados por la Generalitat sobre los ingresos y gastos de 2009,
Borrell y Llorach (B-Ll) se mofan de Mas y Junqueras cuando descubren
que el dinero no aparece por ninguna parte. Todo en un tono muy
divertido.
El
argumento es el siguiente: en 2009, los catalanes pagaron al Estado
español un total de 46.195 millones de los cuales el Estado solamente
gastó en Catalunya 45.403. La diferencia son 792 millones y no los
16.000 millones que publica la Generalitat. Según B-Ll, para conseguir
los 16.000 millones, la Generalitat coge este número y lo “neutraliza”.
¿En
qué consiste la “neutralización”? En realidad, consiste en hacer algo
tan sensato como es reconocer que pagar con la tarjeta VISA es
equivalente a pagar en efectivo. Todos los que estáis leyendo este post
sabéis que la deuda de la tarjeta de crédito se acaba pagando por lo que
comprar unos zapatos pagando en efectivo es lo mismo que comprarlos con
la VISA. Ningún ciudadano racional piensa que pagando la tarjeta uno se
escaquea de pagar.
Del
mismo modo, “neutralizar” la balanza fiscal consiste en reconocer que
cuando un estado utiliza la “VISA” para pagar el gasto, el importe va a
tener que ser pagado por los contribuyentes. Así de simple. No sé quien
se inventó la palabra “neutralización” para describir lo que se está
haciendo, pero reconozco que es una palabra fea que lleva a engaño. Por
ejemplo, B-Ll dicen que la neutralización se hace “para corregir el
ciclo económico”. No es verdad. La neutralización se hace porque cuando
el estado financia su gasto con deuda pública, uno tiene la obligación
de corregir los números y reflejar que, tarde o temprano el gasto va a
ser sufragado por los contribuyentes. Y esa NO es una opción
metodológica que uno puede usar a su conveniencia. Esa es una obligación
intelectual: no hacerlo es como decir que el gobierno puede obrar el
milagro de los panes y los peces, gastando cuanto le venga en gana sin
que nadie pague la factura(*). Y eso no tiene nada que ver con el ciclo
económico. Si en lugar de época de crisis, el déficit del estado se
produjera en época de bonanza, la “neutralización” seguiría siendo
obligada.
No
sé si es porque la palabra “neutralización” no es lo suficientemente
descriptiva o porque el concepto lleva a engaño, pero la realidad es que
existe una larga tradición de políticos y opinadores que acusan a los
“neutralizadores” de manipular los datos y que, por lo tanto, el déficit
fiscal neutralizado de Catalunya es un puro artilugio contable creado
por los nacionalistas. Y el artículo de B-Ll forma parte de esta triste
tradición(**): B-Ll argumentan que el gasto del estado que se financia
con déficits no debe ser contabilizado ya que (en palabras literales) la
deuda “solo es dinero virtual que va a tener que pagarse en el futuro”.
Ante este razonamiento, yo al Sr Borrell le invito a que utilice su
tarjeta para regalarme un coche de 50.000 euros. A muchos les puede
parecer un coche caro, pero a Borrell le parecerá barato. De hecho, le
parecerá gratis: al fin y al cabo, la tarjeta “solo es dinero virtual
que va a tener que pagarse en el futuro”! Claramente el argumento de que
la deuda no debe ser contabilizada como un pasivo para los
contribuyentes es falacioso y erróneo. Dejando de lado a los señores
Borrell y Llorach (y quizá también a Antonio Zabalza y Roció
Martínez-Sempere) todo el mundo entendería que el coste para el Sr
Borrell de semejante regalo sería de 50.000 euros, por más que lo
hubiera pagado con su tarjeta de crédito en lugar de con dinero contante
y sonante.
Pero
volvamos a los datos de B-Ll: resulta que en 2009, el Estado español
utilizó la VISA por valor de 81.113 millones de euros (esa es la
magnitud del déficit del estado). De ese dinero, 15.618 millones
provinieron de la VISA de los catalanes (esa es la parte proporcional
que les toca pagar a los catalanes en cuanto a contribuyentes que son
del Estado español). El problema es que de esos 15.618 millones que el
Estado apuntó a la VISA de los catalanes, no se gastó ni un euro en
Catalunya. Esto lo reconocen B-Ll cuando aceptan que el gasto TOTAL del
Estado en Catalunya fue de 45.403. Por lo tanto, BLl aceptan que la
totalidad de los 15.618 millones que se apunto a la VISA de los
catalanes fue gastada en otras comunidades de España.
Si
en 2009 Catalunya hubiera sido independiente, los 15.618 millones que el
Estado apuntó a la VISA de los catalanes no se hubieran gastado en
otras comunidades. Y al no haberse gastado tampoco en Catalunya, el
dinero estaría disponible, contante y sonante, en la mesa de Mas Colell.
Y esa es la respuesta a la pregunta: si Catalunya fuera independiente,
los 15.618 millones que el Estado apuntó en las VISAS de los catalanes
estaría a disposición de la Generalitat, junto a los 792 millones
adicionales, para formar un total de (por favor pongan música de 1,2,3
responda otra vez) ¡16.409 millones de euros! ¡Ahí está el dinero que
buscaban, señores Borrell y Llorach!(***)
El
argumento es tan sencillo que parece extraño que todo un ex ministro y
catedrático y todo un empresario tengan que pedir ayuda a los lectores
para que se lo aclaren. Claro que a lo mejor no lo entienden porque
tienen un poco de mala fe. E intuyo que hay un poco de mala fe porqué
B-Ll utilizan los datos de 2009 (que es el año en el que gobierno del
Estado utilizó la VISA con más alegría) y no los últimos datos disponibles que son los de 2010,
a pesar de que estos datos ya hace ocho meses (repito OCHO MESES) que
han sido publicados. Si en lugar de tomar los datos de 2009, tomamos los
de 2010, resulta que los ingresos que el Estado recaudó en Catalunya
fueron de 51.164 millones de euros, mientras que los gastos del Estado
en Catalunya fueron de 45.329. El saldo total, pues, fue de un déficit
en contra de Catalunya de 5.835 millones de euros en lugar de los
pírricos 792 millones de 2009. El resultado final es el mismo. Ya he
explicado que el saldo sin neutralizar (es decir, sin tener en cuenta lo
que el Estado compró con nuestra tarjeta de crédito) no tiene sentido. Y
las cuentas de 2010 demuestran que, una vez neutralizado, el déficit de
la balanza fiscal catalana vuelve a arrojar un saldo desfavorable de
16.543 o 8,5% del PIB Catalán. Esa es la constante de la que hablan Mas y
Junqueras y de la que se cachondean B-Ll. Pero que el resultado hubiera
sido el mismo no esconde que B-Ll hayan escogido un año en los que los
datos eran especialmente favorables para su intento de minimizar el
déficit fiscal de Catalunya, sabiendo que los últimos datos disponibles
no dibujaban un escenario tan bonito para sus intereses. A lo mejor B-Ll
no se habían enterado que hacía ocho meses que los datos de 2010 ya
estaban disponibles. Es posible. Aunque es muy sospechoso.
Resumiendo,
B-Ll escribieron un artículo retando a los lectores a que les
explicaran dónde están los 16.000 millones del déficit fiscal catalán.
Yo he aceptado el reto y se lo he explicado: señores Borrell y Llorach
los 16.000 millones son el dinero que el Estado apuntó a la tarjeta VISA
de los catalanes y que gastó en otros territorios. Lógicamente, en caso
de que Catalunya fuera independiente, todo ese dinero no se hubiera
gastado en otras comunidades de España por lo que, en la escena que
describen ustedes de Artur Mas Oriol Junqueras, entrando en el despacho
de Andreu Mas Colell y preguntando dónde están los famosos 16.000
millones, el conseller les hubiera respondido: los 16.409 millones están
encima de mi mesa, ¡delante de sus narices! Eso sí, hay que quitarse la
venda de los ojos para verlos.
(*)
La balanzas fiscales son una herramienta que permite estudiar la
redistribución de recursos que el estado hace a través de los impuestos y
el gasto público entre los diferentes territorios. Lo normal es que los
ciudadanos más ricos paguen unos impuestos más elevados que los más
pobres y que el gasto público vaya en dirección contraria de manera que
se produzca una redistribución de recursos desde las zonas más ricas a
las más pobres. Las balanzas fiscales permiten ver la magnitud de esa
redistribución. Pero para que tengan sentido, la suma de todas las
balanzas fiscales debe ser cero. Es decir, si una región es receptora
neta de recursos, lo normal es que esos recursos provengan de las otras
regiones. Y al revés, si una región es contribuidora neta de dinero, ese
dinero vaya a parar a alguna otra región. El milagro de los panes y los
peces se produciría si, después de la intervención fiscal del estado
todas las regiones salieran ganando. Pero fijaos que eso es exactamente
lo que pasa cuando el estado mantiene “paga con la VISA” y esos pagos
no se contabiliza. Fijaos que, en ese caso, el estado gasta mucho en
todas las regiones (por la que todas piensan que han recibido muchos
recursos del estado) y no pagan nada (porque no contabilizamos lo que
nos va a costar pagar la VISA). Cuando en 2009 el estado español mantuvo
un déficit estratosférico, los cálculos sin neutralizar muetran que
TODAS LAS COMUNIDADES DE ESPAÑA salieron ganando de la redistribución
interterritorial. El milagro de los panes y los peces. La neutralización
del déficit del estado asigna ese déficit proporcionalmente a cada una
de las comunidades de manera que, como tiene que ser, la suma de todas
las balanzas de todas las regiones acaba siendo cero. En economía, nada
es gratis. Ni siquiera el déficit del estado.
(**) Rocío Martínez Sampere lo hizo en declaraciones en el Parlament de Catalunya y Antoni Zabalza
(como Borrell, ex dirigente del PSOE) lo ha repetido hasta la saciedad
en una serie de artículos pesadísimos publicados en El País. La
respuesta a todos esos artículos es la misma que la que hago hoy.
(***)B-Ll
argumentan en su artículo que si Catalunya fuera independiente, tendría
que endeudarse por 15.618 millones para que, sumados a los 792 millones
que arroja el saldo sin neutralizar, Mas Colell tuviera 16.409 millones
de euros sobre la mesa. Este argumento es muy tramposo. Fijaos que B-Ll
parten de la situación en la que el déficit antes de neutralizar es de
792 millones. Implícitamente, esa cifra supone que el estado ya ha usado
la VISA de los catalanes por valor de 15.618 millones. A partir de
partir de ahí, dicen: “si los catalanes se independizaran, ¡deberían volver a endeudarse
para tener esos 15.618 millones! ¡NO, señor Borrell! ¡No haga trampas!
¡Está usted contabilizando la deuda dos veces! Si el estado no se
hubiera endeudado, no habría podido recaudar solamente 46.195 en
Catalunya (tendría que haber subido los impuestos) y no habría podido
gastar en Catalunya los 45.403 sino mucho menos.
Si
en 2009 el Estado no hubiera utilizado la VISA (si en 2009 el estado no
hubiera tenido un déficit de 81.113 millones), el gobierno de España no
hubiera podido gastar, ni en Catalunya ni en España, lo que gastó. Es
decir, sin el endeudamiento el estado hubiera tenido que gastar un total
de 81.113 millones menos en toda España, 15.618 de los cuales los
habría tenido que recortar en Catalunya. Por lo tanto, los catalanes
habrían pagado 46.195 millones de los cuales el Estado solamente se
habría gastado en Catalunya 29.784 (45.403 menos 15.618), por lo que el
déficit de Catalunya sería de El déficit de la balanza fiscal de
Catalunya en este caso, hubiera sido de 16.409 millones de euros y no
los 792 que suponen B-Ll. A partir de aquí B-Ll se podrían preguntar
¿qué pasaría si Catalunya hubiera sido independiente? La respuestas es
que los ciudadanos habrían pagado 46.195 y que en Catalunya solo se
habrían gastado 29.784. ¿La diferencia? En la mesa de Mas Colell,
esperando a ser gastados por la Generalitat y sin necesidad de volverse a
endeudar. De nuevo, ahí están los millones que buscaba Borrell y que no
encontraba porque usaba un argumento incorrecto.
A
pesar de que, imaginar qué hubiera pasado si el estado no se hubiera
endeudado está bien como hipótesis de trabajo para demostrar cómo tenía
que haber hecho Borrell su argumento, la realidad es que el estado se
endeudó y cargó 15.618 millones de euros en la VISA de los catalanes.
Por lo tanto, la comparación correcta es: formando parte de España ese
dinero se cargó a los ciudadanos de Catalunya y se gastó en otros
territorios. Y si Catalunya hubiera sido independiente, ese dinero
cargado en su VISA hubiera estado disponible sobre la mesa de Mas
Colell, esperando que Mas y Junqueras decidieran como gastarlo. Así de
simple.
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